Cuando pensamos en desayunar, pocas veces se nos viene a la mente el pescado, cierto?
Esto esta relacionado con el tabú de que el pescado es un producto apestoso, de sabor fuerte, y nuestra reacción en automático es crear un sentimiento de rechazo, por que claro, a quién le gusta comer algo desagradable? La realidad es que anteriormente las cadenas de distribución que llevaban la mercancía del productor al consumidor final eran muy limitadas, solían pasar días o hasta semanas para que el cliente final tuviera en sus manos la mercancía, así como una planta procesadora en sus instalaciones y/o conservadores. Si a esto le sumamos el engaño, mal manejo y las pésimas cadenas de frío, pues tenemos como resultado un producto de mala calidad, oloroso y desagradable para su ingesta.
Por supuesto que esto no es algo con lo que quisiéramos comenzar el día.
Actualmente encontramos mejores practicas en la industria de alimentos marinos con esquemas de logística y manejo que aseguran una cadena de frío irrompible desde el productor hasta el consumidor final, cruzando países enteros en cuestión de horas. Estas practicas nos permiten disfrutar, libre de olores, los sabores reales naturales que las especies marinas tienen para ofrecer.
La frescura es la principal herramienta para el desarrollo de productos apetecibles al paladar, cumpliendo con esta premisa, se pueden crear productos diferentes con mayor impacto en el mercado nacional y extranjero, productos con aplicaciones múltiples que nos ayudan a ampliar nuestro repertorio gastronómico con platillos que se pueden disfrutar a cualquier hora del día.
Tal es el caso del Marlin, una especie exótica del Océano Pacífico, que al pasar por un proceso natural antiguo de preservación de alimentos, da como resultado en un producto cuyo sabor y textura te hará dudar si lo que estas comiendo en realidad es pescado.
E L M A R L I N A H U M A D O E N F R Í O
L A C O M B I N A C I Ó N
Para este platillo seleccionamos ingredientes que puedan acompañar a nuestro producto de inicio a fin, que puedan potenciarlo de una manera poco convencional, resaltando sus notas ahumadas al contrastar con sabores dulces, grasos y cremosos.
Las frutos secos, al ser combinados con la miel aportan un sentimiento caramelizado, graso y crocante que va de la mano con las textura blandas de nuestro Marlin. Teniendo esta base en nuestro platillo, solo falta agregar un par de ingredientes que aporten un equilibrio entre bocados, evitando sentimientos empalagosos y hostigosos.
Los frutos frescos aportan este equilibrio entre dulces y amargos, nos ayudan a crear una experiencia diferente en cada bocado, creando picos de sabor que serán opacados en el momento preciso por la cremosidad del queso de cabra. Dejando un sabor placentero en tu paladar por largos periodos de tiempo.
E L C O R T E
Procura cortar de forma perpendicular a las vetas del pescado, esto nos otorga una experiencia más placentera al momento de ingerir nuestro platillo. La carne de pescado, así como cualquier otro tipo de proteína, cuenta con fibras que cruzan a lo largo de sí misma, estas fibras de no ser cortadas de la manera adecuada, pueden provocaran un sentimiento de rigidez en los bocados.
L A C O L O C A C I Ó N
Estos ingredientes no solo combinan perfectamente con nuestro producto, si no que ademas cuentan con un hermoso gancho visual que nos permiten presentar nuestro platillo completamente saturado de bellos colores, que contrastan perfectamente con el color anaranjado glaseado del Marlin ahumado en frío. Aprovechamos estos colores y los distribuimos de una manera uniforme en nuestro platillo, creando un balance de tonalidades, que enamoran a cualquiera.
Ahora depende de ti. Este platillo puedes acompañarlo con pan tostado, dentro de un bagel o directamente del plato, tú decides!
L A R E C E T A
"...puedes acompañarlo con pan tostado, dentro de un bagel o directamente del plato...."
Recetas sencillas con ingredientes sencillos, que ayudan a apreciar al máximo los productos del mar, y qué mejor que sean de Mercamar.